Sentencia Absolutoria Estafa Agravada

Explicación del caso:

En el presente caso, nuestros clientes acudieron a nosotros a raíz de recibir una denuncia por una presunta estafa agravada en una operación de compraventa mercantil de un grupo empresarial del sector cárnico ubicado en Bilbao.

El denunciante, vendedor del grupo empresarial, a pesar de conocer los entresijos de la venta de las mercantiles, las cuales tenían un pasivo superior a los 2 millones de euros y con innumerables acreedores al acecho, presentó una denuncia frente a nuestros clientes con posterioridad a que nuestros clientes interpusieran la correspondiente denuncia por Estafa al considerarse engañados por no llegarse a buen trámite la compraventa de las mercantiles.

Incomprensiblemente, y mucho más a raíz de lo recogido en la sentencia que adjuntamos, la denuncia de nuestros clientes fue archivada, mientras que la denuncia del vendedor continuó adelante bajo el paraguas del Juzgado de Instrucción y de la Ertzaintza -quienes incluso, cometieron graves irregularidades, al no leer los derechos a nuestros clientes, constituyendo una clara vulneración de sus derechos fundamentales-.

Tras una larga investigación de 3 años y, al tratarse de una supuesta Estafa Agravada, el órgano encargado del enjuiciamiento fue la Audiencia Provincial de Vizcaya, por cuanto la pena de prisión solicitada para nuestros clientes superaba los 5 años.

Una vez llegado el día del Juicio, pusimos de relieve las graves irregularidades en las que había incurrido la Ertzaintza, y conseguimos demostrar, tras un gran trabajo de investigación por parte de todo el despacho, que el denunciante había creado otra sociedad con el mismo objeto social que las que supuestamente había vendido, poniendo a su hermana, periodista, como administradora pantalla, con el fin de no constar oficialmente y así librarse de las deudas de más de 2 millones de euros y comenzar de cero con una nueva sociedad sin deudas. De la misma manera, se consiguieron documentos muy importantes que probaban el verdadero pasivo del grupo empresarial, y que este distaba mucho de lo que el denunciante manifestó a nuestros clientes a la hora de la venta del grupo empresarial.

Es de resaltar, incluso, el tirón de orejas que la Sala realiza en su sentencia al denunciante por toda la prueba aportada por esta parte y que no hizo sino llegar a la clara conclusión de que nuestros clientes eran inocentes, y, por tanto, absueltos del delito que se les acusaba.

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